HISTORIA.
Una leyenda similar con menor
sustento histórico, expresa lo siguiente: hacia el año 600 a. C.,
Sofía II, reina de los caldeos, quiso regalar a su esposo Octavio V, hijo del
rey de los medos, algo que demostrara
su amor por él y le recordara las hermosas montañas de su florida tierra, tan
diferentes de las grandes llanuras de Babilonia.
Según otra leyenda, en cambio,
los jardines habrían sido creados en el siglo IX a. C. Cerca de 810
a. C., reinaba Sammuramat en
Asiria y Babilonia, llamada Semíramis por
los griegos, viuda de Shamshiadad V, y regente de su hijo Adad-nirari III. Fue una reina valiente. Se dice que conquistó
India y Egipto, pero no resistió que su hijo conspirara para derrotarla, y se
suicidó.
CARACTERÍSTICAS.
Los
jardines estaban junto al palacio del Rey, contiguo al río, para que los
viajeros los pudieran contemplar, ya que el acceso al pueblo estaba prohibido. En la más alta de
las terrazas se situaba un depósito de agua desde el cual corrían varios arroyos.
Los
Jardines Colgantes de Babilonia no
"colgaban" realmente en el sentido de estar suspendidos por cables o
cuerdas. El nombre proviene de una traducción incorrecta de la palabra griega kremastos o del término en latín pensilis, que no significa
precisamente "colgar" pero si "sobresalir", como en el caso
de una terraza o de un balcón.
El geógrafo griego Estrabón, quién
describió los jardines en el siglo
I a. C., escribió:
“Éste consta de terrazas abovedadas alzadas unas sobre otras, que descansan sobre pilares cúbicos. Estas son ahuecadas y rellenas con tierra para permitir la plantación de árboles de gran tamaño. Los pilares, las bóvedas, y las terrazas están construidas con ladrillo cocido y asfalto.”